atraviesa las piedras de las maderas del hierro del engranaje de las vigas de arrope de los buñuelos de las poleas de las patas del canario del fuego de la máquina de coser y hacer medias que los ratones del pan de higos de las colchas cantando y dando brincos con el ramo de flores de las tripas del caballo herido a cuestas acarician la oreja y culo de la luz que se estrella sobre el cesto de paja del sol extendido durmiendo a pata larga sobre la playa de arena y polvo de estrellas que cuelga de los pelos rizados del tejado que sostiene entre sus manos la hoja de parra de la leche coscorrón de burra de la pared encaramada en las arrugas del cielo pegado al sol sacudiendo la calderilla de sus pliegues sobre el vaso de agua del vestido amarillo del velillo mojado del azul índigo pálido de las ramas del cornetín de natillas de los postigos entornados que haciendo sus cuentas pone en orden los sacos y los sacos de trigo con los sacos y los sacos de trigo y va contando y recontando con los dedos sus cuentas contando su solitud duro por duro y real por real y céntimo por céntimo las penas y las alegrías grano a grano