XVII
crujen las rajas de su escudo
mudo sienten los sellos de sus labios hiel
hierve el aceite en su boca arre arriba
jardinera ponte el gorro tira la porra
atina que plaza corre el disco boca de ciego
sin razón sube rápido siempre
[ que en su ] vestido recoge la veleta de lápiz de color derrite
el goce enfrente de la loba devorante imperdible
cogido entre los pliegues de su velo una niña raíz
un pergamino y dos rayas cortan la diagonal
desde la alcoba y derrama el racimo de la suma
en el cuarto que da al mediodía zanzíbar
puesto eléctrico rema su vida elástica al
revés mitos incólumes perfectos discos que su
virtud recoge con los pliegues cobrizos de su silla niño
que corre bizco de azul un pedazo de mapa Trafalgar
y se escucha en cortinas de caña su bebida
jerez boca torcida que canta en Barcelona
sentado entre las manos de madera de pino en
el ruido silencio de la sala de baile a las dos de la
noche con amigos pues quien te dijo a ti
pobre grillo que otra vez nos veríamos aquí
dímelo tú si puedes letra a letra en la pared
tela de cáñamo tendida salchichón que rebaja
al cuchillo y hace trajes de espera quien
en la cama acude el toro en el engaño
y ahora se arma el lío que el cántaro
despierta el botijo candil que apaga el